3/8/10

La marcha atrás del PP valenciano

CESÁREO JARABO | Ya es oficial. La Generalidad valenciana ha cancelado el contrato con el abortorio Deia, que ofrecía descuentos de hasta el 20 por ciento por abortar a las chicas que presentasen el Carnet Jove valenciano.

Miles de denuncias llevadas a cabo por parte de personas individuales han conseguido que eso sea así.

La consejera se comprometió a revisar las condiciones del Carnet Joven para evitar que se colasen negocios crueles e indeseables como el aborto, y ha cumplido su palabra (¿por interés político?, bien). El caso es que desde la Generalidad, han confirmado que Deia Médica, el abortorio que ofrecía descuentos a las chicas bajo el paraguas institucional, ya está fuera del programa Carnet Jove. Han cancelado el contrato. Ya no podrá atraer más niñas a sus siniestras salas de exterminio, utilizando el reclamo del Carnet Joven de la Generalidad.

Ahora hace falta sigamos presionando, cada día, cada minuto. No debemos fiarnos de los políticos, que relajan el genocidio conforme son presionados.

El asunto no puede ir de presión sobre los políticos, sino de una actuación decidida, directa, contra el genocidio. En menester vencer en todos los campos a los genocidas; es menester llevarlos ante un tribunal que los juzgue y les aplique con toda contundencia la ley, hoy inexistente, de defensa de la vida.

Y es que la acción es de suma gravedad; nos están asesinando, anualmente, a 120.000 españolitos, en el mayor genocidio conocido a lo largo de los tiempos, y mientras, tienen la desfachatez de llamar criminales a quienes matan un toro, por ejemplo, llevando a la sociedad a una turbulencia de ideas que acaban confundiendo el bien con el mal, poniendo ambos aspectos, en el mejor de los casos, en igualdad de condiciones, siempre con el conocimiento pleno que ello conlleva a poner en plano superior al mal sobre el bien.

Desde esta atalaya animo a perseverar y a incrementar la lucha, que debe ser más directa, más decidida, más contundente, más literal, en defensa inequívoca de la vida.

No hay cuartel, en todos los frentes, en el cultural, en el literario, en el propagandístico, en el político, en el del activismo callejero. Es menester llevar a la cárcel a los genocidas. No debemos conformarnos con componendas ni con marchas atrás. Hay que cambiar el sistema y sentar a los genocidas en nuevo juicio de Nuremberg.

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