28/11/01

Pecado de fumar

CESÁREO JARABO JORDÁN | El obispado de Segorbe-Castellón, que dicho sea de paso, tendría que ser tomado como modelo por todas las diócesis españolas, ha publicado un libro de doctrina, cristiana, naturalmente, que ha incomodado a algunos sectores de nuestra sociedad hedonista, capitalista, atea… y hasta despreciable.

Y los “intelectuales” del sistema, tan proclives a decir estupideces, extrapolan la cuestión, y le dan a nuestro querido Obispo, que Dios siga iluminando, la prerrogativa de catalogar el pecado.

Por supuesto que está preparado para detectar dónde hay pecado y dónde no, pero la condición del pecado le resulta, como a cualquiera, externa, del mismo modo que la cicuta, independientemente de quién hable de ella, mata.

Pero lo interesante es meterse con la buena gente, y sobre todo si tiene autoridad (de la de verdad, no como la de los políticos).

Así, grita un periódico: “El Obispo dice que es pecado fumar y beber mucho”. El periódico no miente; está claro que el Obispo ha dicho tal cosa. Pero la mentira y el pecado no estriba tan sólo en no decir la verdad, sino en tergiversar la verdad, y el titular, además de buscar vender el periódico, tergiversa la verdad, porque si bien el Obispo ha dicho tal cosa, no es por descubrimiento suyo, sino explicación de la doctrina católica.

En páginas interiores, donde se desarrolla la noticia, vuelve a titular:”Un libro del Obispado considera pecado fumar y leer pornografía”. Vuelven a no mentir, pero vuelven a decir la verdad, de una manera que induce a error, y eso, si no es mentira, es pecado, porque pone duda en lo que es evidente.

El resto del artículo puede ir impreso perfectamente en la Hoja Parroquial.

Lo que no es aceptable es que un periodista, para demostrar que conoce su profesión, tenga que dedicarse a hacer piruetas dialécticas para confundir al personal. Con una condición, que puestos a hacer piruetas dialécticas, podría llevarse un chasco el amigo periodista.

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