20/11/01

Una mujer embarazada

CESÁREO JARABO JORDÁN | Hoy me siento un hombre feliz.

He caído en la cuenta , que nuestra atribulada Patria, donde lo común es ver viejos cada vez más decrépitos, adultos cada día más tristes, jóvenes cada momento más pasotas y niños cada instante más escasos, tiene solución.

En nuestra atribulada Patria, todo está razonado y absolutamente nada justificado.

Los porqués confluyen en el verdugo de la Humanidad y de la Patria. Los porqués se amalgaman en un solo y multifacial porqué: egoísmo.

Egoísmo ciego e inculto que asesina niños en gestación, encarcela en morideros a los ancianos, y a quienes osan nacer, encierra y malforma en guarderías, por naturaleza insalubres en lo espiritual.

Todo inhumano. A la mujer se la engaña diciendo que la maternidad es servil, y mientras tal mentira se dice, se la esclaviza impidiéndole ser madre, se la exprime laboralmente, se la utiliza para exprimir al hombre, y se la deseca humanamente.

Se desvirtúa la maternidad, se presenta como esclavitud el servicio debido a nuestros ancianos y a nuestros hijos, mientras que a todos, al unísono, se nos enmarca dentro de la maquinaria productiva como abejas obreras, pero retirando de nuestro hipotálamo la conciencia de servir a la comunidad que naturalmente tienen las abejas, y convirtiéndonos así en materia orgánica, por supuesto sin alma, que confunde la felicidad con la risotada, que al servicio lo llama esclavitud y a la esclavitud la tiene como un alto derecho a alcanzar.

Hoy he vuelto a tener esperanza. ¡He visto a una mujer embarazada!

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