30/11/01

Baxter y el Estado justo

CESÁREO JARABO JORDÁN | Que estamos en un estado de opresión permanente, donde la libertad sólo se encuentra en las palabras huecas de los políticos y en el deseo íntimo de quienes a pesar de todo se mantienen libres, al margen del sistema, es un axioma que vengo defendiendo desde hace mucho tiempo, y una realidad que a diario se confirma en multitud de extremos.

Uno tan solo quiero destacar hoy: el caso de los afectados por la multinacional Baxter.

Es tal la desfachatez, que tras haber provocado la muerte de una serie de personas, los culpables acaban librándose de toda responsabilidad previo pago de la nada despreciable cifra de 70 mm por muerto.

Ese es el precio que tiene una persona para la multinacional en cuestión.

El hecho es puramente democrático. Eso ni tan siquiera he pretendido ponerlo en duda.

Lo que me parece abominable es que tal hecho se produzca. ¿Dónde está la persona?.

El liberalismo, con este tipo de hechos, viene a demostrar uno de sus axiomas: toda persona tiene su precio…

Estamos hablando de cifras importantes, y es tal la mentalización que esta sociedad capitalista ha imbuido en todos sus esclavos (los ciudadanos), que ese hecho es considerado de la suficiente importancia como para acallar las protestas por la muerte injusta de un ser querido.

Sí, es muy complicado, y Dios me libre, no voy a descalificar a las familias, a las que el dolor no se lo quita nadie, y la verdad es que no van a sacar otra cosa. No voy por ahí, mis respetos y mi condolencia a las familias.

Por donde voy es porque, normalmente, en un estado donde reine la Justicia, debía ser el estado quién actuase de oficio contra el transgresor, dado que los damnificados están imposibilitados de hacerlo.

Un estado justo, limpio y protector de sus administrados, debía perseguir penalmente a quienes provocan el daño que se ha provocado sobre los enfermos de diálisis. Buscar responsabilidades y exigirlas, porque parece poco justo que, pagando X millones, ó X por X millones, los responsables de la catástrofe se libren de la correspondiente sanción y dejen el campo libre para poder seguir actuando de la misma manera irresponsable, teniendo la tranquilidad que, llegado el caso, volverán a tapar la boca con una serie de millones. Millones que, dada esa circunstancia, ya procurarán aplicar debidamente al precio de venta, como prima de riesgo, cuestión de la que saben mucho los economistas.

Pero claro, la acción debe llevarla a efecto un gobierno justo de un estado justo, y mucho me temo que no es el caso.

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