Guerra Santa contra el cristianismo

CESÁREO JARABO JORDÁN | El mundo sigue inmerso en un asunto que, contra lo que parece, no empezó el 11 de Septiembre pasado.

Se nos está presentando el asesinato cometido en las torres gemelas de Nueva York como un genocidio (que lo es), que debe ser vengado por los ofendidos Estados Unidos (que lo son), y con el apoyo de sus aliados (que nosotros, españoles y cristianos, no debemos ser).

Sin embargo, en ningún caso se habla del genocidio diario que esta misma sociedad burguesa-capitalista de la que nos obligan a formar parte está cometiendo contra los niños en gestación, contra los ancianos, contra los enfermos terminales y contra la familia en su conjunto.

Esos asesinatos son limpios y no destruyen edificios, y como consecuencia, parece, no sólo no son condenables sino que parecen representar un derecho, cuando en realidad son asesinatos de peor condición que los perpetrados en las torres gemelas.

Por su parte, el hombre más perseguido por el gendarme internacional, haciendo gala de su universal incultura y estupidez, llama a la guerra contra el cristianismo como respuesta a los atentados terroristas perpetrados por los anglosajones contra la población de Afganistán, sin darse cuenta que el liberalismo hace tiempo que está llevando, con éxito, una feroz guerra destructiva contra el cristianismo.

Todo en conjunto resulta como un argumento de película de risa o de terror… y es que el mundo parece moverse en un generalizado ambiente de estupidez supina.

¿No sería más lógico que el Sr. Ben Ladino (que no Bin Laden) declarase la guerra santa contra el materialismo o contra el liberalismo?. Eso, en cualquiera de los casos, además de ser más justo, sería más certero y más inteligente, porque en esa guerra santa, con toda probabilidad, encontraría más seguidores, puesto que el materialismo y el capitalismo son los entes que representa el militarmente poderoso Estados Unidos, pero para nada el cristianismo, idea y modo de vivir que tan alejado se encuentra de los principios conformadores del liberalismo como de la falta de libertad del Islam.